Orgasmos

Las mujeres tienen algo que se conoce con el nombre de clítoris; no es un objeto decorativo, al contrario, este órgano es el encargado de estimular el placer sexual en el género femenino; su composición consiste en una extensa serie de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que no están relacionados con el mecanismo urinario. No obstante, provocar la estimulación sexual de este pequeño órgano no es suficiente para despertar el orgasmo en una mujer; ellas son seres sensibles que requieren de ciertos procesos para que su cuerpo experimente a plenitud todo el placer que el acto sexual puede despertar. No son máquinas con vagina: besos, caricias y palabras tiernas complementan el accionar del falo masculino.

Y es que el pene no es el único actor involucrado en el juego de cobijas y deseo; muchas veces no es que las mujeres sean frígidas, el problema es que el hombre no hace lo suficiente para `provocar aquella descarga expulsiva de tensiones neuromusculares que comúnmente se conoce como orgasmo. Tal cual lo señala https://www.playgroundmag.net/, la cultura popular, a lo largo de centurias ha sobrevalorado el papel del hombre en el sexo. Y es que para el común de los varones, el acto sexual se define como lo explica el protagonista del libro "La Naranja Mecánica": el viejo mete- saca. Pero ese viejo "mete- saca" necesita de otros complementos o de lo contrario la relación se puede ir al traste.

Es cierto que entender a las mujeres no es asunto sencillo; todas son diferentes, y hay algunas a las que les gusta experimentar y otras que prefieren quedarse con lo clásico. De cualquier manera, hacer el intento por entenderlas es un buen paso para empezar a encaminar la relación. Según el gusto y la personalidad de cada mujer, el sexo podría expresarse de dos maneras: la directa y la indirecta. La primera hace relación a la presión que se ejerce directamente sobre el glande mientras que la segunda se expande un poco más e incluye más caricias, juegos de rol y masajes por distintas partes de la anatomía femenina.

El sueño de toda mujer, lo exprese o no, es que ambas formas tengan lugar en el acto sexual; no quieren sentir que están con su hermanito menor, pero tampoco desean ser tratadas únicamente como prostitutas. Es preciso dejar claro que la mujer deberá estar lubricada para evitar efectos contraproducentes; llegada la situación, recomendamos emplear la misma saliva o lubricantes especiales (ten cuidado con la aplicación de aceite, este podría dañar el látex del preservativo).

La forma indirecta obliga a poner en funcionamiento la imaginación de la pareja, sin embargo muchas personas carecen de inventiva y es por eso que la relación queda estancada en un punto muerto. Si saben jugar con la imaginación, si logran desinhibirse y explorar sus mutuas fantasías el hombre y la mujer llegarán a alcanzar un gigantesco nivel sexual donde la camaradería y la confianza íntima podrán ser más poderosas que el propio contacto físico. Los susurros juegan aquí un papel fundamental para ayudar a la imaginación a lograr cotas más altas; la voz entrecortada ayuda a estimular la amígdala, la parte del cerebro donde están alojados los miedos, las emociones y el placer.

Rompan con la rutina; de vez en cuando se vale explorar otras opciones si se ve que lo de siempre no logra despertar el instinto sexual femenil (porque ya está claro que el sexo es de dos y no de uno solamente). Incluso, los juguetes eróticos pueden ayudar a despertar aquel eros ido; los lubricantes favorecen la penetración.